jueves, 16 de julio de 2015

Poema




La noche es un arco.
Su idiosincracia ha teñido de barcos 
toda la tierra, por lo tanto no sólo la buscamos
en el oceano. También lo hacemos en las 
cenizas.

En las nubes.
En la heterodoxia.
En los pájaros de un filisteo.

Pero esta noche es también un plano. Una mejilla que
baja de la inspiración, trayendo un mandamiento
de lo borroso.

Noche como contrapeso de la claridad.
Que espera a los buhos llena de desesperación.
Un postumo pelícano de lo que ayer conocí; un sentir
sonambulo en los tímpanos de una columna.

Pero la noche es un arco.
Un placer antiguo donde se reflejan los equinos.
El vortice de la sensualidad, la caparazón de
un diminuto ciclo, por donde
ascienden los caracoles
con una noticia,
una suerte de expresión que diariamente en las hojas
sólo nos devuelven los periodicos.






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