viernes, 17 de julio de 2015

Conocimiento de los Sargazos





Te reconoceràn por ese silencio
en la hora de la virtud y los vestigios.

Te enseñaràn muy lejos de tus celulas; el
lugar donde brotan en ellas los cardenales
y serà semejante a pensar en sacerdotes que
barren la arena de la playa una noche.

-eso es imposible; eso es inasible-

El conocimiento que tomaràs de las cosas 
poseerà mas de un sargazo; el mundo a tu lado
tendrà un discreto tren en sus cerquillos.

Los telescopios recogeràn una cabina.

Los microorganismos describiràn lo que yace, desde
una visiòn de avutardas.

El sonido tendrà un cuerpo.

Te enviaràn mensajes todos los pacientes del mundo
pero no podràs responderles.

Te contaràn de los colores en esas cartas, diseminaràn
en cada una de esas cartas sus legiones.

Te obligaràn a graficar los demonios que muren
en el aceite.

Llamaràs -que duda cabe- a los ecos como lo
hace la piel.

Las avenidas seràn irreversibles como los 
acantilados e iràs a la cacerìa igual que una piramide
en la arena de las dunas.

Buscaràn en tu puerta referencias a un otoño 
de grasa.

Tocaràs la brea para jamàs olvidar tu ciudad.

Se sentaràn como los atros, con algùn corte terrestre
en sus ojos, asi diràn que pertenecieron al mundo,
que en algùn lugar de la distancia tù habitas.

Luego ellos estaràn conformes de haber arrancado
el nombre de tu cuerpo y se iràn.

-estaràn convencido de ello-

Y en esa paciencia que florece en el silencio.

Tambièn tù lo creeràs.




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