jueves, 2 de julio de 2015
Poema
El crotalo duerme.
Ha llevado un dìa entero en su boca.
En los asombros de su piel, retratada metafìsicamente
sòlo por las calles, por los vidrios, a veces por los reflejos.
El cròtalo duerme pero observa una hilera de hombres
que se organiza.
Una legiòn de estrellas donde el salitre borra los
conocimientos del agua. El mar con aquellos conocimientos
de agua asciende a una pradera.
Se espiralizan las tardes.
Cristalizanse soles donde dorados aspavientos forman
el brillo de una vereda, en ellos la melodìa y el estambre,
la ciudad y una rosa con un recuerdo negro de la
quiromancia, sube a los vagones.
Junto a aquel cròtalo, un jazmìn despierta.
Y lo hace alejandose con uno de sus
idolos.
Bajo la silueta donde se reencarnan
los heraldos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario