domingo, 12 de julio de 2015
Los Dioses y los Buhos
Los dioses giran.
Escriben de mitos y despiertan revelaciones
en los espigones.
Conducen estelas de espuma y en lo que se
refiere a los muelles, ellos bordan explicaciones
provenientes del estuario.
Interrogan, hablan del oceano ebrios de
circunvalaciones, llevan apologías en cada uno
de sus huertos, se dedican a tejer epistemologicamente
igual que una araña, todo aquello que dejamos
de decir en las grutas de los ángulos.
Los dioses compran semillas en los ferrocarriles.
Coleccionan plantigrados en el origen de la hiedra.
Cuelgan trapecistas en alguno de los lados
de la marea, donde los himnos
son una pregunta,
un techo de sal
una explicación que dada por sutil versa
sobre lo profundo; sobre las alambradas y jirones
en eso tan profundo.
Pero no todo lo sutil es profundo.
Es necesaria una carta absoluta centrada por
los birremes, es indispensable un
diluvio como cuando recien despertamos y el
escrito que salta del sueño a nuestras manos
es sólo un agil parque más, un zodiaco más...
Tan sólo un buho que salta a nuestras manos.
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