sábado, 4 de julio de 2015
El Planear del Aire
Mi recuerdo camina hacia unos estambres,
llenos de pupilas. El mundo a esta hora està
lleno de luces contaminadas y ha engordado
desde la ùtlima vez que pensè en èl, renguea
en los destellos de un prieto violeta; color
y enigma de monasterio.
Un espiral se ha formado. Lo veo en el cielo
lleno de arcangeles y formaciones hermeticas,
trayendo el sudor de las coronas. Y siguen
formandose espirales, trascendencias de cobre
con un jardìn de delfines y una trayectoria de
nombres en sus juramentos; nombres que
beben de incandescentes espejos.
Y mutan las cosas. El ser es avenida de errante
azulejo, el ser con proporciones de esmeralda
que se quiebra ante la llegada del heliotropo,
un ser que significaba un dìa identificado
por las siluetas, entre orgullos y desprecios
donde crecen las piedras,
el anden, el lunar, el pasaje de una guarida
donde escondiste el mundo con la esperanza de
encontrarte en otro.
Lentamente, con la paciencia del vidrio y el
metal en flores de amatista, donde toda anca
evolucionaba hacia el gris de una sudestada
que llevando en sus cabellos una flor dorada,
era un rìo profundamente nocturno en el
aceite.
Clepsidras. paramos jardines que hoy
mencionamos entre las piràmides, con un
nucleo de matices donde el ave vuelve al
hemisferio al planear...
Y en ese mismo planear desaparece.
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