viernes, 24 de julio de 2015

La Existencia de los Hombres





La existencia de los hombres explica la existencia
de estas casas.
La del pàjaro explica la de gorjeo.
La del gorjeo explica la del brillo del sol en 
una de las hojas de las ramas.
La de la literatura explica la de una alegorìa, digamos.
Y asi, la del navìo, nos hace comprender la de un
gaviero.
La orilla nos dirà que siempre habrà una ola y la
ola que siempre habrà una estela.
La de verso que siempre habrà un poema, pero 
eso no necesariamente explicarà a la poesìa.
La poesìa parece explicarse por si sola.
Y cuando no sucede ello, la poesìa es un pelìcano
que enumera las corolas en la arena.
Un pelicano que a veces posee el tamaño del agua.
Que sostiene en su pico lenguajes de tuberìas.
Mientras tanto yo he crecido entre los gestos de 
todos los archipielagos con un balcòn vaciò, donde 
respiraba el hierro, ademàs comprendì un poco
de sal, mientras recogìa acompañado del sol
el agua en caso de ser sedimento; sòlo en ese caso.
Luego, el aire me recogìa de playa.
La existencia de los hombres sobreentiende la
de los automoviles, la del puesto de dios en una iglesia.
No nos hace entender la de ese meteoro que pasa
y el pedido de un deseo lanzado por nuestra conciencia
al aire. Tal deseo no se irà con ninguna estrella fugaz
y mucho menos con un meteoro.
Es sòlo un deseo que empieza a desnudarse en el aire.
Nosotros jamàs veremos su cuerpo.
Asistimos a la formaciòn de sus entrañas en nuestros 
labios, se hizo palabra.
Nada màs.
Pero, la existencia de un hombre no explica la existencia
de una mujer, pero ambos caminan por el agua.
No multiplicaron los peces pero contaminaron el pan 
como lo hacen los hongos, si los dejamos demasiados dìas
expuestos al aire libre en el verano.
La existencia del hombre puede explicar la existencia de 
todas estas cosas, mas no la de otros hombres.









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