El lenguaje caminarà a una casa. Luego,
llegaràn los opuestos, con
noticias contrarias a las nuestras.
Las nuestras dependeràn de los matices
y centros.
Las nuestras incluiràn soles de tautologìa
en el horizonte.
El lenguaje traerà otro nucleo y eso tan amarillo
en sus siluetas, serà la sombra de nuestras
palabras.
Se arrastrarà, mendigarà, incluirà un record
desconocido de apariciones de estrellas en una vena
y el trajinar en nuestra habitaciòn de los
ferrocarriles.
El lenguaje escribirà en las sienes como un
àrbol. Traerà la posibilidad de la luna, invocarà entre
planetas de agua junto a una amapola,
donde es màs facil que el cerebro de un niño vuelva
a despertar la espuma.
Traerà tambièn un ojo que serà la flor del
jinete.
Espiralados vortices electricos naceràn de sus filos.
Grandes estrabismos de nacar con mayusculas
estaciones de desencanto y niebla.
Tendrà una corola en la boca, un cìrculo que
no podrà agotar jamàs las circunferencias.
Tambièn poseerà la llegada de un reptil
y las primeras muselinas donde todo mundo
por existir es tatuado.
El lenguaje serà un paìs. Una regiòn de luces
y manicomios, una estela abordando el brillo de
un enjambre que tomabamos de la sed
para retener nuestro cuerpo en la orilla.
Crecerà, reclamarà desnudos de viento para
nosotros, noches como aquellas que horadando el
fuego en las cavernas, crean ignotas derivaciones
de la caida de un angel en el fuego.
Un angel en el fuego mientras duerme.
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