martes, 6 de octubre de 2015
Poesìa
Què universos habrà atravesado el azul, para llegar a la noche.
Los puertos cuando regresan al sol.
Una columna de medallas.
Un hipotàlamo alimentàndose de nieve.
El almendro en la cruz de una bahìa llena
de intersticios formados por criaturas de arena.
Los arpegios sobre un coloquio de entrañas madurando
en los margenes.
El significado de los peces en esa hora de brazaletes
y de liquidos.
De espuma y rehen.
De nombres que transmigran entre supersticiones
de frìo, elevadas por caballos.
La lonja de una fragata.
Levitar el de la fronda, sobre un palacio de amagues.
La veste quemandose en el vellocino de un
jardìn, las morgues para el talon regado de las
jarcias y un movimiento; uno semejante al
que desprenden los objetos.
Buzones de meandros como las hipnosis y los paises.
Hiatos de huracanes entre temporadas de granizos.
La escotilla de papel en el viento.
La escultura del anden sobre inspiraciones de hilos.
El termometro del aire junto a la nuca de un submarino.
La vastedad con que el monòlogo vibra en los telescopios.
Las cadenas màs allà del pseudònimo y la
vida original de un moluzco en las cortinas, despuès de
la escritura y los àrboles.
Trajinares de crateres entre la primavera.
Nociones de un lenguaje que llega de la escarcha con
un piano moderno como las catacumbas.
Nucleos donde la voz es un exordio o un idioma que
sopla en las cupulas con alfabetos llenos de extranjeros.
Algunos purpuras, otros se secan entre las mandarinas
con el olfato del invierno en dìas de otoño.
Antes de encontrar la realidad.
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