sábado, 3 de octubre de 2015
Aquello que Reencarnase
Hay un comentario sobre la linea.
Otro sobre el enjambre y uno trata del sudor.
Existe aquel en los tambores hechos de medias.
La memoria de una cripta vuelve a los cisnes.
Los peces caen en este momento sobre un titulo.
Las bolicheras se empinan hacia un dios que estaba
hecho de distancias.
Alguien se persigna sobre el aliento, es alguien hecho
de encrucijadas.
El aliento se pega a una alborada llena de diques
y supuestas encinas de barcos se elevan entre naipes.
Cronogramas de espumas baten el aliento de
una monarquìa en el agua que los botes
cerca de la orilla empujan a los
nervios.
Soledad de cruces de salitre.
Soledad de vientos uniformes como los que crecen en
el pelo describiendo un paìs, una columna
de gasas incendiandose en la plenitud de una celula
en dìas en que es escarlatas toda rafaga
cimbreando en las esquinas
entre dorados puentes de alquimias.
Frutos y elixires.
Niveas cavidades de morteros y valles con la forma del
soplo en el aire descifrando una y otra vez el relente
que deja una huella en las boinas.
Junto a un astro sobre la trascendencia que empieza
a sobrecogerse.
Y como la magia, en lo màs sutil de la palabra
se reencarna.
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