sábado, 17 de octubre de 2015

La Flor de Metal





Vuelas hacia el cuerpo.
El mar te ha traido un dibujo. Los faroles
exigen algo de ti entre las palabras. El viento alcanza
la metamorfosis del diàlogo.

Crees en los umbrales como el lugar donde la yesca
es algo que asumes en comùn con cada paso de tu vida, pero
no es asi. Este instante en que aquella se quema
es la prueba. Nosotros nunca llegamos a
las cenizas.

Vuelas hacia el cuerpo. Tienes una flor en la mano pero
eso no tiene importancia y aunque debes observar el mundo,
esa tarea la dejas para el universo. Tù te dedicas a 
hablar con los pianos. Lo haces con prudencia, ello podrìa 
convertirse en una pretensiòn.

Piensas en este invierno. En sus àrboles con flores
de metal -la que tù llevas en las manos tiene otra textura- miras
aquella que cae de sus ramas y te desplazas para que en su caida no 
intente incrustarse en tu pelo.

Eso sòlo significa una cosa en este atardecer. 

Ella y sus petalos volveràn a incrustarse en la tierra.





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