martes, 27 de octubre de 2015
La Palabra que es Rosada
La palabra que es rosada
sin prologos. No posee titulos, ni edad,
ni vaivenes en el pelo. Que piensa en nosotros
sòlo al disecarse. Que lleva el diàlogo en
una de sus sombras. La palabra
que escribe en un reloj al
humedecerse. Que lleva siluetas por
demàs fantasmagoricas. Que es siniestra si
la punta de una aguja termina su atardecer
pensando en la piel o en el matiz de
la milenaria humareda que nace
entre los juncos.
Que lleva un bosque al final de los labios
donde las oraciones aparecen.
La palabra; aquella que reunes entre los
termometros o coses en los acantilados.
La que en su apariencia lleva el amanecer
de una sortija inclinandose a la nieve.
Desintegrandose en terminos de polen y
arroz, cabalgando entre fusiformes estelas,
buscando la saliva en el paladar, la garganta
en el pelo.
La palabra que forma aquello inasible en
el correr de los vientos y metaboliza lechos
como la transparencia. Cinematogràfos de
carne semejantes a un evento. A una luz
en el periodico donde duermen las hormigas
llenas de verdaderas fotosintesis.
La palabra dialectica juntando isocronìas.
Cromosomas y lenguajes donde las nubes
imprimen en las chimeneas sus historias.
Llenas de carbones y flamas azules.
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