sábado, 12 de septiembre de 2015

Poema





He intentado no ser corto para esbozar.
-tampoco me serìa posible-
He deseado temporalizar.
Ser mas que simultaneo en el verso
o las tipicas manadas en las enunciaciones.

Oì un vaticinio en los planos de las mejillas.
Oì una melodìa llena de sirtes y entiendo 
los nucleos del adios en un aire de ballenas, con
perfumes y halitos traidos de los buques.

Pero ya que a nosotros nos toca imaginar los hilos
de la naturaleza.
Ya que suspendemos otra vez los pliegues de los
adioses.

Ya que hemos sostenido un indicio en los jardines 
de los relampagos, decimos: La noche es 
un halo, la noche es un halo y podemos llegar al
deseo con una historia de tendencias en el corazòn, 
podemos exponer un aire sigilozo de entramados 
donde la razòn inspira cosas extrañas como los
alfileres, cosas que desde el tiempo escarban
en los troncos, con la sed del tallo cuando
la luz desnuda en èl, los primeros 
oceanos de clorofila; pequeños como una hoja
pronunciando el nombre de las palabras que lleva

el sonido de los nombres que lleva y algunas
veces dejan de sumergirse en las palabras

la acustica del eter en ella con sentido de lluvia
y equilibrios entre el punto y los picos dorados de
los verbos, donde volvemos a los perfumes hasta llegar
a un verso que no recuerde en sus pronunciaciones
los nombres de las palabras que lleva.




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