viernes, 25 de septiembre de 2015

El Diafragma de las Espoletas





Espero la intensidad entre estos ejes.
El agua sobre el uniforme de galeones.
El lunar con avenidas de acrilico y sodio.
El astronauta con su razonamiento dinastico.
Aguardo el ozono con su verdadera equidad.
El helio con su rostro de astromelia.
El equilibrio de un trapecista en las grutas.
El desconcierto de una aguja sobre la nieve.
El diafragma llegado de las espoletas.
Ansìo el barrio de estrellas con sus cabelleras
arrastradas por las serpentinas del barro.
Miro en los aquelarres como si lo continuo
siempre estuviera por llegar, cubierto de fiebres
y adoquines. Guardo lo cotidiano en un baul donde
allì se sesga el sonido del aire trayendo confines
no sè si remotos, pero sì, hechos de madera.
Espero el alfanje de este vilo en los coeficientes.
Los conjuntos de vidrio en las enredaderas
donde mas de una vez muriò arañando las paredes
un ave. Veo una palabra escrita en el conjuro.
El luto de la hierba en una apariciòn.
El desierto del follaje en un tez plateada como el
hambre, llamo al ùnico maleficio que conozco,
siempre sembrado sobre las ballestas del verbo
y sus mareas. Espero el antepasado de las runas,
el itinerario de la muerte al vivir, sus diarios
pronosticos entre los periodicos y abedules, sus
diarias proposiciònes entre la esquina de hierro
y aquella de oraciòn extasiandose hialina
entre los perihelios, donde anduvo descalza
en pos de una huella, de un edificio, de un rasgo
por el cual pudiera definirse ante el mundo
y dormir serenamente, mientras era llevada en la
corriente por una jabalina, sin creer que aquello
atravesado significaba su destino.






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