Diario de Figuras

Arboles que traen un espejo de lluvia,
radiografìas que evocan
ferrocarriles y cantaros de brea.

Sobre la efigie vuelves a colocar una 
raìz de arena, una xilografìa
embarrada de salitre.

Sobre el pensativo riel, una pared de
cera desangrandose.

Entre la inspiraciòn un diario de
figuras con corceles; ecuestre como una
oraciòn entre los dormitorios.

Hay un naipe de lluvia aguardando un
reloj para encontrar el tiempo.

Hay un nombre de medanos, donde
la noche recopila patriarcas.

Arboles que traen vertiginosas especies
teluricas, donde el diario de los
sueños emerge.

Citas con un lenguaje de cabañas
llenos de bovedas y espolones.

Temblores de piras entre la sacudida
y el pendiente
donde febriles estadios despiertan.

Tropeles de brisa donde la arena 
duerme con una
liturgia de magicas idolatrìas.

El brillo, el fulgor, el acontecimiento
donde una casa es separada
por el mundo de los plasticos.

Y el universo que es de huesos
entre los anrilopes vuelve a borrar
una hoja.

Pero antes de ello, desvanece las
palabras que en ella 
hicieron dormir los desiertos.