viernes, 25 de septiembre de 2015
Las Palabras y las Piedras
Las palabras duermen.
Son como piedras antiguas que llegan
de lo remoto, siluetas de un sueño donde se
nos muestra una ciudad que jamàs hemos visto y
a la que quizà nunca llegaremos, pero que està en alguna
parte.
Cada una de esas piedras agita verbos para nosotros
segùn nuestros crepusculos y zodiacos, segun
nuestras cadenas.
Cada cual tiene un himno que de noche nos espera.
A èl sòlo nos llevan tormentas y vortices.
A èl sòlo nos conducen las cofradìas y las gemas.
Los actos sobrenaturales del mar.
Las historias quiromanticas de un pelicano cuando
arroja lampos a un puerto.
Cada una con un lenguaje diferente ahora que el oceano
a travès de la ola devuelvelo a la orilla.
Cada una con un brillo tan extraño cuando el sol cae
frontalmente en ellas.
Pero las palabras duermen y tambièn hablan, son escasas
a esta hora, son puntiagudas,
llevan narraciones de osos en sus labios,
llevan restos de craneos,
acertijos y revelaciones con los cuales escribiò el hombre
alguna vez de santuarios, de los sudarios y la vida
de los animales.
Las piedras duermen junto a ellas.
Y en sueños, sòlo en sueños coincidimos con ellas
en una sola cosa: aquello de que estàn hechas
es de granito.
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