martes, 24 de mayo de 2016
Raido por lo Furtivo
Por la noche me acerquè a una suma de
iones. Yo los esperaba con un caballo de agua
raido por lo furtivo.
Por la noche creo que fuì alimentado por lo
exotico, por un nucleo que era verde y operaba
en los pronosticos de las selvas.
Y en esa noche donde todo precedìa de la luz
encontrè una camisa en el parpado, graficando
su evento.
El mundo dormìa debajo de los halos y en una
comparaciòn con el eter, se podrìa decir que era
gris, como -en algunas ocasiones- los prados.
Por la noche todo se llenaba de regueros y los
vilos destacaban entre performances oscuras
entre lo secreto.
Las avenidas volvìan a ser inundadas por la
voluntad de los latigos. Los trucos en las
feromonas urdìan crimenes en el pètalo, una
y otra vez completados por el trigo.
Un pelìcano allanaba el debil confìn del parpado
en una hoja, para descartarse.
Un pelìcano regresaba a la nube donde
igualmente eran gravadas las corrientes.
Las estructuras se derramaban sobre las
mandibulas de uno y otro insomnio. Claves de
acupunturas cerraban los ojos de las xilografìas.
Por la noche, perdì un nombre en la nieve y
en esa nieve habìa un tejido colosal que clavaba
en las sienes, piràmides.
Por la noche me acerquè a una suma de iones.
A una luz percibida desde los onomàsticos.
A una luz encallada en las anonimas garrochas
de los aniversarios.
Obviando el puente para llegar a la otra vida.
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