domingo, 1 de mayo de 2016

Las Palabras




Palabras...
Buscan el horizonte llenas de bozales.
El viento por donde descendiò alguna noche
un rìo.
El eslabòn de sangre que hoy no puede formar
una cadena.
Odian el viento con una caricia comparable a 
aquellas que trae la brisa.
El cadaver en una de sus alas les es todo un enigma.
Las silabas que atraviesan la arena con un pedazo
de lluvia, son otro misterio.
Buscan el oceano con un craneo en el viento
y depositan alambres en una piscina
lena de triangulos y alamares.

Anhelan el otoño caido en la nieve
junto a espinas que llevan calcio y alabastro.

Viles y humanas como los colores violetas
de los nervios, iguales a las ventanas de esas casas
llenas de transfiguraciones.

Buscan el horizonte entre los pasadizos por los
cuales el atardecer sembrò una grieta y un humo coloquial
igual a los veranos en que llegamos con una mirada
a los muelles, ebria de fasciculos y multitudes
de murcielagos.

Esperan en las cartas con una daga de papel
floreciendo en sus cabezas.

Presentan constelaciones que resisten el sueño de
los estandartes en una bocina de agua.

Caminan detràs de los siglos, de los perdigones y los
lustros, donde las camisas son semejantes a una boina, a 
una caminata bajo el sol llena de elementos pudriendose
en sus cabelleras.

Nombrando una y otra vez desde un grito, los nombres 
de sus siluetas incrustadas en las espinas de las
sombras.





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