lunes, 9 de mayo de 2016
El Zodiaco Forma un Cuerpo
El zodiaco forma un cuerpo.
La estela camina por la boca de
una marea
donde la continuidad incendia un
relàmpago
en el fosforo y el nucleo de
la iridiscencia es el fruto de una
casualidad hialina.
Algo silencioso y astral
empieza a formarse en las cosas
mientras sus partes
recopilan instantes de chimeneas
de exorcismos
dirigiendose al mundo de las nubes
con un panorama rojo.
Impactos y eclipses donde los cabellos
empujan una alameda al nocturno
de los
abanicos.
Sueño del limbo en una sacudida de
estambres
donde paginas de espectros
empujan hacia la nieve soledades de
travesaños.
El zodiaco forma un cuerpo.
Alguno de los asteroides es una pàgina
que el mundo integra a un vòrtice.
Un seminario de piedras se alarga como
un lago
donde sueña el hemisferio rojo de un
oido.
Entre las copas, rastrean las aves
el lugar del ùltimo nido.
Memorias como el atardecer o las
sentencias en cuyos
vaticinios lo ardiente eleva
una apariencia, un soplo hipotètico
un cometa que duerme en las bengalas.
Formando de noche desesperadamente
antes de la llegada al alba,
un tigre.
La llegada de un caracol, dibujado entre
la albumina por el evento marsupial de una
gota.
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