martes, 17 de mayo de 2016
Despuès del Mar
Después del mar inventaron cadaveres.
Cada uno era más azul que el
otro.
Con ellos caminaron hasta la niebla igual
que un espejismo a veces lo hace
hacia la magia.
Después.
Alguna palabra mostró un anden
y el lirio entre los equinoccios
ensartó a sus pétalos
la figura de una liebre. Brotaron
hiperboles.
Con el significado más profundo
y lejano en esa palabra, justo cuando
sus silabas llegan a un pino
lleno de alamares
devorados de noche por la hiedra, viajaron
a los rangos donde se arrastraban
las leyes del sodio.
Formaron conjuntos de sal en una
bocanada.
Dieron a la hojarasca el color del marfil
en un lunar ambidiestro.
Se ocuparon de hegemonias en un
capitulo verde de espuma.
Fusionaron escamas en los veleros.
Despuès del mar inventaron cadaveres.
Cada uno mas azul que el otro
y en esas ceremonias donde la muerte
celebra el ultimo lenguaje de la vida,
desde una citara oyeron el sonido
que los bosques descuelgan de un muro,
de un horror blanquecino durante edades
de hielo, en una mañana que cuenta
las raices del otoño en la carne.
En los dìas alojados en la piel como
voces desesperadas que catapultan los
lustros.
O las pretinas del fleco donde son
domadas las deidades.
Despuès del mar inventaron cadaveres.
Cada uno màs azul que el otro en los
lenguajes secretos de la arena.
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