miércoles, 25 de junio de 2014
Sobre dos Naturalezas
El prisma era un acto con la naturaleza, pero
yo lo habìa olvidado.
Y olvidada la apariencia
o la inspiraciòn de una locomotora en medio
de la brisa.
Orbitada por el invierno donde el mineral
suele dar nombre al cadmio y los relojes antiguos,
al nacar de la fiebre
al dìa respondiendo al trepidar de una
luz omnisciente, en el rìo donde una calavera
emplazaba jardines como una palabra, vivìa
aquella locomotora.
Llegar a un prisma era su deseo, pero en el acto nocturno
de cada pradera, la musicalidad del planetario
invocaba en el atardecer dirigibles y ello significaba una
constelaciòn de arpones para su vida.
Y el sonido de su acero entre los rieles
jamàs podrìa subir a ellos.
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