domingo, 8 de junio de 2014
El Nombre entre la Saliva
El hierro que al deàmbular sobre el tiempo y
con ello graficando sepias donde el respiro recitaba
a la existencia un sobrenombre en el instante
semejante a la tragedia en una
vertiente, concluìa una promesa.
El hierro que
despediase de sì mismo con una conclusiòn de fogatas
dentro de un mundo de diseños
de hielo.
Irradiabanse en una puesta de yesca los idearios.
La altura se hacìa màs alta como en una columna
donde la distancia crea una rutina, una visiòn
extraña como aquellas que
deslizanse sobre una
cabellera.
Sòlo que el sentido era contrario.
Rafagas de opuesto decìa la perversidad.
Peregrinos de tierra en la boca con barcos que en
lugar de venas eligieron el salitre y el minarete
que une los parpados en amaneceres donde
todo es edificado por la saliva.
Y por mas que buscas otros nombres.
No pronuncias en la piel mas que
aquel.
Guillermo Paredes
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