viernes, 27 de junio de 2014
El Beso de Llama
Con el ùltimo movimiento, las cosas ascendieron
con objetos de adviento. En la playa celebres ondinas
como presentimientos, situaron una palestra
desde la metodologìa de una palanca
y su erratica estadistica.
Mutan a la hojarasca las
ramas, ya que aùn es otoño; como un verso
que transmigra en la nieve es otoño y otro
el recorrido del alamar en el reposo,
otro el contenido de las pàginas
y las gasas, donde las arenas ceden al arco
y una baraja como la que humedece el nectar
junta los milenios y en esa soledad a destiempo
con carriles y barricadas; unièndose al estertor
la flor que emana del ritual, a la ballesta cediendo
al alud, a la cordillera y las faldas de energìas donde
voces antiguas derramadas por una jabalina
lanzan otra intensidad, surgen los dragones
con formaciones elàsticas, desdiciendo.
Inasibles. Casi como si lo ùnico que llevaran
en su boca no fuera mas que un beso
de llamas.
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