sábado, 21 de junio de 2014
Poema
Un prejuicio. El bozal.
El pilar virgen por iridiscencia y por
contusiòn las constelaciones donde extrañas
ruinas empiezan. El borde y el lìmite.
Los precipicios en el singular de
la nieve y en conjunto los roquedales donde
una ensenada se precipitò a la vida
para crear manantiales.
Sonidos de efebos entre contemplaciones
de dados y lunas donde las efigies organizan un
metodo de brea, una singular paciencia que
ilusiona y preconiza. Un huerto donde
el tiempo cierra los veranos de inmortales
destellos cansados de viajar por la brisa.
Pero tocamos esa puerta.
Y la abrimos silenciosamente en horas
donde el universo busca su sed en el desierto.
E interpretamos que no son horas
por donde nos toca caminar
ni filos de orillas
ni enjambres entre dios y una rosa.
Son emanaciones entre la luz
y el espacio.
Donde borra toda realidad el ser
del poema.
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