miércoles, 11 de junio de 2014

Poema







Arrancar una linea a una cebra.

Permanecer en ella y algùn tiempo despuès
caminar hacia los àngeles.

Determinar cùal es la relaciòn entre la cebra
y los àngeles.

Caminar por las avenidas sosteniendo el cartilago
que robamos a una mesa.

Imitar en todos los actos a un caballo.

Participar de sus carteles y aprender en 
sus pronòsticos. 

Escribir no mucho de nosotros, sòlo en cuanto
sea necesario.

Asi estariamos respondiendo a la necesidad,
màs no a la vida.

Compartir actividades con la espuma.

Industrializar lo que nos queda en la piel, en
una cresta.

Despertar debajo de un fiordo y màs aùn despertar
orinar como un topo.

Derivar nuestra vida a la vida, cuando los semaforos
logran unir huesos con los cartilagos, por 
lo general en las esquinas.

No tener una conciencia de la tarde, suficiente significa
llevarla como apriorismo.

Escribir de la instrucciòn si el estilismo llega
como un buho a cortar una boina kantiana.

Tan kantiana como la araña que cruza mi lecho
llevando un tranvia en su alma.





Guillermo Paredes

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