sábado, 14 de junio de 2014
El Cabalismo de la Rosa
El dìa no era cabalistico; no existìa un lenguaje
para èl. Bajàbamos por el ideario que marca
los rostros y nos enseña que por tales mejillas
se suspendieron otras calles y se incrustaron
otros caminos; sì el dìa no era cabalìstico
còmo poder inventar su lenguaje.
Yo sè que el mar es como un verbo sin senos.
Que en cada ola no se esconde un pubis, sè que
sì he venido a marcar la orilla con mis venas es por
un extraño producto que nos ofrece cierta pretensiòn,
cierta vano arquetipo del orgullo que
deberìa despreciarme.
El dìa no era cabalisitico.
Pero hay una noche donde el lèxico nos
habla de su aliento.
Un nocturno donde encontramos una rosa.
Que embadurna esta soledad con sus
palabras.
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