viernes, 13 de junio de 2014

El Ciclo de los Papagayos





El violìn que dormìa en tus ojos, no era lo mismo
que la gaviota o el pelicano en los extramuros de
la bolichera, arriando el pièlago de cualquier forma.

!Ah! Horas de genocidio ante la distancia y todas 
las superficies donde adioses y ladridos descuelgan
historias, como si pudieran èstas terminar con las
crestas de los dinosaurios o el ciclo de los papagayos.

Violeta la igriega del desmayo sin poder separar la
humedad entre la confusiòn y conducirla hacia un
puerto donde nos llamaban los botes hacia un viaje
mas pequeño: uno entre la playa y algunas pocas
millas, nada màs. Eso era suficiente, eso es todo
dicen algunos que miraban de frente y tocaban
algun besugo en el miedo.

Pero sabemos muy bien que en ese mar siguen
batiendose dinosaurios y ciclos de papagayos.

Lejos, muy lejos, donde empieza el horizonte.





Guillermo Paredes

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