jueves, 6 de agosto de 2015
Una Casa
Es una casa.
Junto a ella hay un acantilado.
Luego hay un arpa y un buho que describe
tal acantilado y empieza a hacerlo desde sus ojeras.
Una casa y pensarè en ella con un crucifijo en
mis manos. Pensarè en ella a modo de peninsulas en
la boca, traerè archipielagos de alguna manera para
intentar que ello suceda, dormirè en una de sus
islas con una rueda del mundo, escribirè de
sus gràficos donde seguramente me volverè a convertir
en animal, describirè la libertad que desde esa
naturaleza llega al peciolo, a la
cremaciòn de los tallos y el himno del aura en las
semillas; una -sòlo una- devastada por los fondos de
la tierra.
Es un aposento que conozco por los huertos
que existen en su escatologìa. Le dediquè dìas y noches
hasta que uno de sus poemas, pudiera salir desnudo
a la calle, con sòlo un gurbiòn de leche en
sus mentones.
En ella las bestias se visten con cadenas, buscan
maderas y separanse entre branquias, abandonadas por
reptiles junto tambièn con alabardas.
Sus siluetas recrean un reflejo diseminado por
el pensamiento y una especie de fondo elevandose
entre cisternas, presiona todo lo que lo rodea
de manera violeta; marròn a veces como
uno que otro acontecimiento.
Una casa a la que tal vez no deseamos llegar.
Que en el fondo de nuestro corazòn no
amamos.
Pero que tenemos que interpretar, para que
todo acontezca.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario