jueves, 20 de agosto de 2015
Escritura
La escritura te tomò de los circulos; llevabas
un brazo como horizonte.
La escritura te tomo para conducirte al lugar donde
se hallan los dragones.
Creo tu saliva, para que no tuvieras ordenes.
Invadiò cada pedazo de tus hojas.
Supuso una carabela en cada uno de tus tempanos.
Detallò como fue el final de un vellocino atado
a los bucles de una mujer que viste dirigirse hacia
los pabellones.
La escritura te tomo de los circulos, pero lo
hizo sin ninguna palabra.
Incursionò de manera elemental -como las cosas
que destruyen el mundo- en una de tus veredas.
Hasta ese entonces tù eras sòlo una vereda.
Una historia sintetica.
La escritura le pidiò al agua que camine de
cabeza.
Caminò hasta tu corazòn con un antilope.
La escritura recogìo las brasas de una placa,
Hundiò tal corazòn en las certezas y en la realidad
del pensamiento cuando afirma una mosca plagada de
zocalos.
Recorriò todo aquello que existe en los baules; evento
absolutamente inmemorial.
Se presentò a tu puerta sensorial y primitiva.
Codificò cada interpretaciòn en regiones con las visceras.
La escritura nos dijo que este era un bozal pero no
nos dijo porque lo llevabamos puesto.
La escritura es a veces el nombre indicado de la
porcelana y el incesto.
La escritura es. Camino en los gritos de los eslabones,
musitò aquello que sòlo se puede musitar,
movilizò notas rebeldes y centrifugas
cuando escribimos.
Tambièn està aquello en la escritura
que despliega ese musitar en arreboles de
extrañas republicas.
La escritura es un amor cubierto por pedazos.
La escritura sòlo escribe de sus raptos.
Porque en uno de ello ha de desaparecer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario