martes, 11 de agosto de 2015

La Direcciòn de la Linfa




Indeterminado como una selva en su
apogeo.

Como el territorio del eco segùn un
fruto burocràtico.

Igual a movimientos de chimeneas.

Camello rosado, tù que inclinas mensajes
de aluminio.

Que eres proletario de cadenas y siluetas 
tras siluetas.

Que derramaste junto a una oraciòn tu
propio pleistoceno.

Y diste pruebas de algo lejano que tambièn
conmocionaba.

Que tramaste sitios de sextantes
analiticos.

Tù que conjugas prendas extensamente 
fornidas
para encontrar el extasis.

Que marchas entre laberintos ideados
por sentinas.

Sentinas sin salòn, frases de espiral.

Y yo que desde esta quimica
sin ritos ni expediciones aguardo la llegada
del navìo.

Nosotros que dejamos de cortar la hoja
en el rostro del becerro, la contemporanea
marcha del instinto.

Caminenos ahora hasta esa biologìa que renace
comiendo de sus uñas.

Pero sobre todo tù, trajina sobre las gemas
destruyendo los zafiros.

Da al elixir el mundo en que se dirige al sueño
toda linfa.





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