viernes, 7 de agosto de 2015

Crotalos





Describo el crotalo.
Para llegar a èl, he alterado alguna parte
de mi conocimiento.

Tambièn de los relojes que hay en mis entrañas.
Por supuesto los oboes.
El latigo que descuelgan las arpas.

Luego sueño.
Recuerdo la vida de una gaviota en la seda.
Las cenizas en cada una de sus alas,
los rascacielos y las hojas.

Recuerdo la intensidad de un espejo en el
momento en que se convierte en brillo.
Tal intensidad era de los hombres 
al pronunciar una esquirla tras otra.

La mañana es entera.
Hecha de conjuntos, contradicciones y seres.

Lleva una alegorìa en cada lampara y he existido de
manera que todo en la ciudad se memorizara
a si mismo.

Cualidades. Objetos. Manifestaciones. 

Pero, sentado en un jardìn, la lluvia al caer
sòlo logra mirar un crotalo y yo pìenso
en un escrito que me deje 
ver esa lluvia de manera diferente, uno que afirme
que la soledad puede ser una versiòn distinta
de la realidad, un encuentro de la belleza 
con las dagas, con las cajas de aluminio
que estaban regadas en el camino.

Antes de llegar aqui.





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