miércoles, 19 de agosto de 2015

Insomnio de Aceite





Junto al barro una esquina.
Despuès de ella el fulgor y la consumaciòn
de una estrella, luego un equipaje
al desangrarse.

Los bolidos agitan composiciones.
Los bolidos vibran en una bengala que llega
desde un huesped, entre nubarrones
asfaltados por la bruma, sobre
nùmeros fosforescentes
y puntiagudos.

Los menguantes llegan al verano
devorados por una hoja, los clarines apuntalan
ventanas de sombra en un polo.

Apendices y radas descansan nuevamente
en la tendencia que otrora tuvo un travesaño.

Insomnios como el aceite nos escriben de soledades
semejantes a un piso y los rosados prismas
de una encìa.

El imaginar devuelve los crateres a los tambores, 
ciènagas de fosforo evaluan la sal del mito.

Sobre un antropòfago la luz ha caido y arde
como un pentagrama de acequias.

Nibelungos y espacios de claraboyas, exhortan
entre los acertijos, nocturnos de antepasadas blasfemias.

Semejantes a las que de noche pueblan los navios 
en la orilla.

Conjurando a los mares.





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