martes, 11 de agosto de 2015

Poema





Lo nocturno y este valle de brazaletes
acompañado de mirra y bozales
semejante a un hemisferio de traficos.

Eso nocturno envuelto por el mineral
entre asordadas lejanìas al este del espacio
donde el espejo es del tiempo.

Estrellas sobre la piedra de un lirio y los
grandes durmientes sobre una caverna, dando
paso al fragmento, la gasa y los platinos.

Historias de trechos y franjas. De efigies
por donde la corriente desfigura el vigor,
uno de sus techos en la marea y los sudores
donde es arrobada la hiedra por la brisa
y ese cansancio adherido a una estela.

Maquinas de barro, para los que guardan
augurios, timpanos como la resurrecciòn y
eventos en el interior del oceano de una
colina, ampliando el lenguaje de las venas
en una herida, extasiandose entre bordes
que todavìa religiosos agitan una ciudad,
la soledad de un requiem y los ejercicios
de la luz en una corola.

Donde el polen que llega para despedirse
al mismo tiempo de ella, despliega por
ese momento lo fantastico.





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