miércoles, 30 de abril de 2014

El Escalpelo de la Boca











Al tensarse, habían arquitecturas que no eran como la
brisa y anhelabamos encias de estadisticas luego de
morderse; el lirismo del beso en procesión por la saliva
y los labios; la cursilería meridional de la constelación
o los estribillos cuando analizan un burro. Despuès de 
todo ello, enumeràbamos trenes por si alguno volvìa 
y recogiamos en los rieles la ùltima figura del vuelo. 
Siempre fuè el de un ave. Siempre fue ortodoxo.

Yo sè que en el fondo hay extrañas fotografìas de los
hilos y que en cada movimiento ideamos museos de
piedra como los que cuelgan del cielo mientras decimos
que el alma es fisicamente parecida a una quimera. Es
la ùnica forma de alimentar un plantigrado.

Pero el heteronimo es formado por la palabra oso y al
detenernos en los paisajes humedos que la lluvia forma
veremos el craneo y a su lado una irreconocible erupcion
de zafiros. Ante todo esto podremos afirmar el talento.
Yo siempre dirè que es un maniàtico en lo mas lejano
de nuestro interior. Algo que a lo que no podemos
llegar, lo ùnico que vemos de èl es una sombra.

Recreada hasta el fìn de los siglos por una y a veces por
otra palabra.



Guillermo Paredes



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