domingo, 27 de abril de 2014

Pantera Peninsular







Mujer de luciernagas y quemarropas.
Nieve de barajas y francotiradores.
Especimen que reproduce nogales.
Brocal de templo que unes el lecho 
del sable con una miseria divina en 
tu cuello.
Portatropas de agujas.
Detonador de mieses.
Rizo de raza donde las cosas se
elevan empalmando castillos
de hambre y trozos de armaduras.

Sindrome y rada de la destrucciòn
entre el nicho y la polvora en un atentado
amarillo.

Mujer de corbatas donde dios
tomò uno de tus silencios
y lo encerrò en una palabra.

Fuselaje de gaviero.

Furtivo enjambre devorado por
los siseos.

Hasta las panteras que corren por 
una galerìa saben donde queda
uno de tus pubis.

Y esa pantera lo despierta.

Porque sòlo asi incendiarà todo
el universo.




Guillermo Paredes

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