sábado, 5 de abril de 2014

La Febrilidad por Pedazos











Para que una razòn. Tambièn poseo el
arte de dividir los espejos, de separar la
inteligencia hasta que encuentre un rìo 
secundado por un animal. Y mientras
atravieso la orilla puedo ver un cromosoma
vestido de purpura como la sangre y 
bendecido por dinastìas de oidos.

Tambièn pierdo el aliento en temporadas
de cadenas y si junto eslabones me uno a un tigre
para detener el soplo desmedido de una
avutarda en su lampo de farol o linterna.

Busco como tù la febrilidad, es hermosa porque
la febrilidad sòlo vive por pedazos, en eso
es semejante a la vida, nadie llega entero 
al final de la misma. Todo nos lo arranca
el espìritu.

Para què una ciudad, nuevamente esta noche
aprenderè en otras espigas y ellas diràn porque la 
soledad fue juntando raices y morgues para mi corazòn
y el mismo encontrò el canto de una serpiente, la melodìa
de sus ojos descendiendo por la noche; mi alma fuè
conquistada en esos ojos.

Una extraña conquista. Donde la creaciòn logra
conservarte vivo entre la muerte.






No hay comentarios:

Publicar un comentario