lunes, 28 de abril de 2014

Emanaciòn







Haberlo dado: una nube de siameses
interrogando una sentencia, un resabio divino
internado allì como un barbaro secreto.
La poca locura de vidrio emanando que
nos queda.
El perseguirnos atroces cada dìa por
el texto.

Despersonalizando en cada forma 
el parentezco con la vida. En ese pensar tambièn
la disciplina de los interrogatorios,
el centelleo retòrico del
arsènico en un ciclo.

Haber llegado a la luz pues sencillamente
era un ser inmediato.

Y tener esa notificaciòn del alma diciendonos que 
sòlo nos comunicamos con partes de ella.

Y luego un coloquialismo en el omnibus ya no 
tan natural.

Una cronica de herrajes o procenios de lagunas: esa
otra parte de la naturaleza donde pedazos del
alma flotaron biologicamente.

Asi desertamos del sol.
De la cimitarra.
De los arcangeles entre las medialunas.

Asi dejamos ese haberlo dado.
El haber sido o no, cultural o sintacticamente
otro cuervo.

Y vivir entre la arena esta tarde como lo
harìa el barro.




Guillermo Paredes 


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