sábado, 12 de abril de 2014
La Pregunta entre los Esquimales
Una reminiscencia como noesis o
de coincidencias edipicas entre la piel.
No sé si antes o en el mismo instante la mayeutica
dejó su geografía de barco de modo que
introdujo su espíritu en el verso.
-el lenguaje ya había sido desterrado-
Hay destierros dicen que son como un acento.
Exilios tan particulares que llevan al hombre siempre
a un elefante, siempre y ello conduce el corazón a
esas piedras que yerran neológicas, sobre plataformas
de estambres y sonidos de eras.
También el verso tuvo una.
Vivió de la puerta de mi casa al lugar que me pertenece
en ella.
- yo era también lenguaje de ese verso y era inevitable
llevarlo -
En ese lugar de hojas. Algunas amarillas. Otras completando
un amor con el vacío adquirí el silencio.
No sé mucho de vacío ni silencio
asi que diariamente puedo entender que hay racimos
o frutos que como elixires desprendiendose entre
desvanecencias o adrenalinas, testimonían rebeldías
que crecen hacia autarquicos nihilismos. Eso
en apariencia. Tal cosa es absurda.
Para darnos cuenta de ello, sólo hay que preguntar
entre los esquimales.
Guillermo paredes
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