martes, 15 de abril de 2014

Poema






No puedo demostrar nada.
Y por màs que nada sea el encuentro con un vacìo.
Yo sigo desde mi percusiòn
escribiendo que no puedo demostrar nada. Afirmar
el vaciò es dar un universo.

Pero al pensar en la demostraciòn pienso en que
lleva un corazòn diferente a las cosas.

Sus diametros deben perfilarse a traves de un oriente
de carnes, donde vive la gravedad y porque no
tambièn la atmosfera.

Es escencial la atmosfera y la gravedad para que
la nada pueda sostenerse, para que nunca 
caiga a la tierra.

Pero es absurdo hablar de la nada cuando no
puede ser demostrada, cabalgar por sus hilos,
tejer en sus sentimientos con el canto de la fantasìa
dotado de velamenes o esas galeras que tocan
la noche con un frenesì que aùn entierra
en el agua, los oscuros molinos
del polen forastero de una rosa.

El hecho es que ahora.

Este poema ha llegado a la rosa.

Lamentablemente para el vacìo, de ella
jamàs se puede nombrar
todo lo que vagamente escribì aqui de su mundo.




Guillermo Paredes

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