lunes, 14 de abril de 2014
El Interior de los Ejes
Desde aquì vuelvo a mirar un diluvio.
El hemisferio ya se aquietò en èl, ahora se agita.
La estampa de esa visiòn es nuclear a pesar de ir
perdiendo movimiento.
Parques de alambrada abriendo un seno de pubertad
conciben elementos en ello como la oraciòn
escrita en los pilones.
Porcelanas como un alfabeto llevan la adolescencia
de una crin heliocentrica. Porcelanas que caminan
extorsionadas por un crimen en el mentòn
o la fugacidad del agua en la sed.
El angel, un instinto, la barbarie
del frìo en la estela de
un cometa.
Nosotros hemos visto en sueños ello.
Interregnos de mercurio toman una flauta de nieve
porque el sol de esta mañana la conducirà
hacia el agua.
Intemperies aleatorias y cìnicas
son densiometrìa de un verbo diametralmente verbo,
agnostico de los arcanos estallidos y escolios
veterano de la sensaciòn y el grillete.
Concepto del manantial dentro de un pensamiento.
Escribiendo en los pergaminos que
una palabra ocurre como la reencarnaciòn
de otros ecos.
De otras constelaciones que sumergen en nuestras
venas sus ejes.
Guillermo Paredes
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