viernes, 4 de abril de 2014

Oraciòn del Zohar





La vivencia; ese lado donde el recogimiento arrastra
su latido en la experiencia, pero de otra
manera.

Y allende una estrofa de genètica luna.

O ese estupor donde las grillos palidecen.

Y entre limbos las conjugaciones nos llevan
a otras estacas.

Al punto vertebral de la ira.

Y...

El sueño si es verbal o inedito como un gaviero
rotanto en las aspas donde nace un velamen
continua la obra de la silaba...

Con ello un reflejo de zohar es avisorado
en los muelles y un alma vuelve a repetirse tras èl;
un esqueleto abrese paso entre la carne
con salvas de abdomenes y el pàjaro ofreciendo
circulos de sarmiento a tal encantamiento.

Se reencarnan nuevamente luminosas tinieblas.

En ellas nace un iris.

Se reencarnan vertientes prodigiosas donde
voluptuosas sensibilidades encienden
tu pulso.

Renace entre las escolleras la intenciòn de 
ningùn oraculo.

Ese milagro donde volvemos como dirigibles
de tornasoles; recreanse en ellos silenciosas playas de
mitologìas.

Sudestadas de motines de sal en los embarcaderos.

Mutismo del sol mientras el corazòn arriba
a matinales casinos.

Nosotros 
soñabamos culturalidad.
Nosotros 
viviamos menos intelectualmente
que un ladrido.


La vivencia. Su lado oculto ahora vaga entre
el recogimiento.

Es el ùnico lugar donde nos aguardan
las fogatas.



Guillermo

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