miércoles, 23 de abril de 2014
La Marea en los Cabellos
Como en un sesiòn clamorosa de bandadas.
O el ramal excitado con su decisiòn amatista.
La brisa del anca camina compuesta por la
tierra hacia los minerales.
El estupor se mezcla con una turbina bañando
lo insomne.
Venus sube a una herradura en donde es
artico el exterminio y lirica la represalia.
La inmensidad toma forma de espacio para
detenerse en la tierra.
Renace lo primordial en una ceremonia de
riachuelos.
El polen es de piedra y el sarcofago es la flor
donde una abeja detiene su reflejo.
Conchas y extraños abanicos deciden el coro
al dormir en la marea.
Desiertos que en la orilla llevan el fulgor de
los astros reinan nuevamente esta noche.
Desiertos como colectivos sin parpados ni vallas
sin centuriones.
Esta noche tibetana como una producciòn de
cultos al anapesto desde furiosos pretorianos.
Que encienden con su sangre el ùltimo sol
de los cabellos.
Guillermo Paredes
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