sábado, 26 de abril de 2014
El Eco de la Mantis Religiosa
Por cada amanecer, otra supersticiòn.
El domicilio del verde aguardando otra puntualidad.
La vida telefònica de los elementos. La referencia
a la satira despuès de haber amarrado nuestros botines
con pasadores argòticas. O lo semejante a un
cuadro de anapestos, en cuya historia laboran
artes de inocentes.
En cada situaciòn una armònica estableciendo
monarquìas plasticas, donde una caracteristica
del sirgador toma incursiones de simètricos zafiros
domesticados por telefericos y anunciaciones
burguesas.
Discusiones de oidos sobre el mar
El coral monodico del lumen.
La espora metropolitana del salitre.
La intensidad de una articulaciòn con delgadas
pintas blancas y supremos yermos
como la aleta con pajaro de sangre ensartada
cada dìa màs en apocopes de baules
y misas. Yo sè còmo inventan los astros esos
leprosarios.
Lienzos estelares y regimientos que serpentean
biblicamente en una piscina, ademanes planeando crudas
siluetas de olivo.
En ese olivo, la lejanìa formidable
de una lengua.
Y al final el eco de una mantis religiosa.
Guillermo Paredes
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