viernes, 4 de abril de 2014
Superlativas Profundidades
Marzo era de coral. Tenìa el peso del pez cuando
resbalaba. La refriega del equilibrio con un
bulbo atòmico en superlativas profundidades.
Quiromàntico; femenino y masculino al unirse
a los bàculos, en los orgasmos tempranos del timpano
en el sonido, esos que trae el alba. Junto a masonerias,
como el pubis o aquelarres llevados por una
particula.
Guardianes y albañiles en una ceremonia de driles
inscrita en los alamares del cuadrupedo.
Aprehensiones de globulos asestando a los tronos
del insomnio un antifaz de mastodonde, un lunar
asesino de armatostes, la boina faraonica que bajò
al rayo de venus con abreviaturas solidas de
geogràficos relàmpagos.
Hasta aqui, marzo era celular y proteinico.
No tenìa que ser multiple, sòlo debìa danzar,
no era necesario ser textil, ni llevar dianas
geneticamente cronològicas. Eso sì, afirmamos
que le era indispensable un planeta.
Recorriò los metales y tahures de un calabozo,
extendiò halos de melanina en ellos.
Abril esta tarde no podra objetarle que toda
su oscuridad proviene de ello.
Infinitamente de ello.
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