martes, 8 de abril de 2014
Poema
El panorama nos lleva a una busqueda
de simbolos.
A una experiencia donde los velos esconden
la naturaleza.
Velos donde sòlo lee el fuego.
Un paseo accidental con la lluvia es ahora
mi aposento.
Una manera greco-romana en el asfalto.
El poema en acto de cosmogonia
o cosmovisiones.
El peso divino se abre en una melodìa.
Consigo trae un verso de salitre.
El albatroz es un niño exfoliado entre
los bisontes. La invitaciòn al pleamar en
los circulos.
El poema es una empaquetadura de carne
con foros cinèticos.
La cohesiòn de ortigas junto a proporciones
delirantes.
El cromatismo y el cuerpo de una pared
cuyo destino es sepulat apellidos.
Pero seguimos la vocaciòn de los huesos
en una esmeralda.
El muelle reptilineo donde un reptil muerde
el aire al propalar otoños.
Himnos metropòlitanos.
Enfaticas grevas en los rascacielos.
Algunas crecen en el estrepito de los pasadores
cuando son amarrados.
Fluorescentes anginas de nihilismo.
Un poema sòlo es un episodio en las olas.
Los restantes el oceano los conserva
para el infinito.
Guillermo Paredes
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