lunes, 7 de abril de 2014
Anecdotario Lirico y Lùcido
Allì està la lluvia, mentada por un alma.
Necesariamente no proviene de lo humano
para llegar a sentir que el miedo no es fantàstico.
No recrea los valles
estos dan lectura del recrear junto al musgo
y alguno de sus patios es iniciaciòn que va de salida
en las manos. Lleva sentinas en la frente.
Lleva sentidos y sus vuelos de alfileres
son certidumbre de velorios donde una muchacha
orpimida en los huesos aùn siente danzas
con figuras de entrañas y quizà de venas; ello es
mitad de una piramide.
Con tal significado la apariencia vuelve a la
galerìa y la cueva. Se vuelve anècdotica
como el anecdotario que cruza ahora
la vereda con suelas iguales
al horno o la
boina.
!què mas da!
Con tales reticencias nace un epistolario
dedicado sin ninguna suerte a los mandamientos.
Pero, tambièn anduve en los crepùsculos
con expresiones de laguna y pelicano,
busque bolicheras y seguro de que
aqui no hay ningùn horizonte
busquè en los prologos el que me pertenece.
No te pongas nervioso. Todos tenemos
uno en la vida.
No vayas a alimentarte de plastilina. Hay
sudarios de sobras, peruanismos y satelites como
un galpòn cuando se descompone.
Sòlo toma la noche.
Oye ese lenguaje al que nunca accedimos.
Tambièn me pudro en èl, como las hojas.
Tambièn en todas las encias vuelvo a estremecerme.
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