lunes, 21 de abril de 2014

Los Dioses sin Mirada










Era un libro de transparentes sombras.
Una partìcula de àngel sin reino.
La poesìa que se eleva junto al amanecer
y unièndose a èl mira al hombre.

Y tal hombre devuelve sin dioses la mirada.
Tal ser presiona un ala para que el pàjaro no vuelva
a desvanecerse en el cielo. 

Y tal vuelo del ave
es un punto que se aleja hasta dejarnos ciegos.

Sin nada que tocar con los ojos. Sin nada que
tengamos para la muerte en ellos.

Pero nosotros abrimos siempre ese libro.

Y nosotros intentamos leer eternamente
en las pàginas del cielo llevados
por un ala.

Y por un instante creemos, que todo ello
es cierto.





Guillermo Paredes




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