viernes, 4 de marzo de 2016
Camino hacia la Fiebre
No sé en qué momento el dia se convirtió en esta collar.
Tampoco en qué momento se transformo en hiena.
Hay, además un parte de él derivando hacia un aguila.
Y hoy pienso en este día de todas las formas posibles que
existen sobre el mundo. Una conduce a una de sus
cabelleras de platano y luciernaga.
Este día.
Inventandonos de forma marina en su equilibrio.
Dorándose en sus uñas hasta la llegada de una serpiente,
de un epicentro dorado de curvas con nacimientos
propios del sueño y los neologismos.
No puedo hablar del instante en que derivó a las
caracteristicas lunares y orficas del lenguaje. Ello es
algo que busco en la transformación del himen, es aqui
donde el día parece descomponerse o desasirse e inasible
en las constelaciones compaginó el desdecimiento.
No sé en que momento rasgo las caracolas del aire ni
el verano que siguió al espiritu de la soledad convertido
en mamut.
Era biología o desnivel.
Abrazo que duerme en el corazón y logra hacer el día
mas lento. Era bodegón en la orgía de una tortuga cuando
sacia su sed en los desiertos de la nieve. Esa dicen los neologismos
pero es sólo una transfiguración.
Era no encontrar el hallazgo.
La luna se convirtió facilmente en piel por ello.
Retuvimos un paraguas en el paramo inundado por una lejanía
de cometas según lo ardiente en esta palabra, ondeandose
entre misteriosas emanaciones de hierba.
Y todo esto acontece en una noche de ceremonias en el interior
de las ciudades
cuya identidad camina ahora hacia las fiebres.
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