martes, 15 de marzo de 2016
Navìo
El navìo es reciproco.
Alguna de sus cabelleras muestra la
transformaciòn de lo real.
El navìo es unilateral. Es tambièn el
peso de un equilatero cuando piensa en jirones
y en àngulos -sobre todo- de la naturaleza
y en ella lo simultaneo; siempre
como un abalorio.
El navìo.
Aquel de la transformaciòn.
De la metamorfosis en una de sus cabelleras
marcada por las uvas. Por el sueño de un sueño que
es aparejado por lamparas de crines todavìa
y universos de azulejos.
Reciproco. Unilateral como jardìn que se invoca
a si mismo o toca los pianos en los lomos de un mamut.
Igual que corona o leprosario ungido por un jinete
de arroz que completa sus musculos en el trigo.
Junto a los mastiles del azogue.
Con una sola huella.
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