jueves, 17 de marzo de 2016
Racimo Hermafrodito
Un nombre acercandose al sexo de la uva.
Hermafroditos los ojos del agua y los ojos del
vuelo en los pàjaros. Hermafroditos hasta el
caer de una cigueña en la boca, donde los
racimos cubren de entrañas los idilios.
Historias de centros en una bocanada.
Estampidas de acero en una boca de plasma.
Citadinas estrellas formando cardenales en
las aceitunas, bajo atroces vellocinos de
sepias.
Un nombre se acerca al sexo de la yesca
donde los dormitorios anudan primaveras
con oficios de nebulosa y velas.
Muchacha de vidrio que corres tras un overol
en las alcantarillas de una mancia.
Virgen que proporcionabas una memoria de
pantera a los que te perseguìan detras de los
cristales. Nucleo gelatinoso de verde en una
conciencia de estelas asombradas por
los pliegues de la arena en la orilla.
Tengo esta noche una llegada al sol para ti.
Un rigor como el que pisa las rafagas
que no llegaron a convertirse en cefiro.
Tengo esa palabra que ya no va a deslumbrarte.
Ni tampoco el vicio original o el olor de rameras
de donde provenìa, asaltando los barcos y
griales por la noche. Llenos de
refriegas y talismanes ademas como un horoscopo.
Ya no aguardo tus filos ni el roce de tus
avenidas convertidas en ecos.
Tampoco agurado el sosticio como una figura
de semen en tu pubis diciendole adios a los
sacrificios.
Espero nada màs que hayas tocado alguna
de las puertas.
Y alguien con forma de caballo detràs de
la misma la haya abierto.
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