lunes, 14 de marzo de 2016

Poesìa






A veces el invierno es un pàjaro.
A veces un invierno que sueña en los tropeles.
Un invierno con otoños de cantaros y muselinas.
Una estampida con un solo demonio.

Al pensar ello pienso en una salida al
sur con antecedentes grises. Una salida con grillos en los huesos. 
Con historias de fabricas donde maquilla el hollin su rostro
de obrero. Todo esto fue ya rozado por el infierno.

Y en aquello que es invierno o pàjaro.

Aquello que asciende entre las marchas del eter, recogo
una ciudad, una mejilla como quien despierta en un
templo, solitario y extraño con su ciencia
de estropicios, internado siempre en
un velo frente al mar donde
las gaviotas se deshilachan sobre el esternon de 
un barco o una melodìa entra
a travès de la percusiòn en la mirada del lenguaje.

Esa mirada que atraviesa por la noche un cuervo.



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